lunes, 29 de noviembre de 2010

¡Bonifacio ... ese chico tan...!


Decidió ir por la izquierda en ese camino tan sinuoso.

37 comentarios:

  1. Xavier Estivill Domenech
    3er ESO B

    Eran dos hermanos muy pobres y decidieron irse del pueblo en el que se encontraban, y entonces llegó el momento en el que los dos hermanos se tenían que separar porque habían dos caminos por la qual ir.
    Bonifacio fue por la izquierda en cambio el otro hermano por la derecha, al hermano que fue por la derecha le fue todo redondo y a Bonifacio le paso lo siguiente...
    Bonifacio fue por la izquierda entonces por el camino de encontró con una señora que no hacía muy buena cara por la qual Bonifacio decidió ni tan solo mirarla a la cara, la señora siguió a Bonifacio durante un buen rato hasta que el chico se puso de los nervios de giro i dijo –haber señora no se que quieres de mi pero si quieres algo dímelo ahora mismo- y la señora se quito la capucha i dijo – chico tu serás un chico que tendrá suerte en la vida- entonces la señora saco de su bolso de ropa una bola de cristal del futuro y salía Bonifacio besándose con una princesa en un castillo precioso...
    Bonifacio no hizo caso de la señora que resultaba ser una bruja, y siguió su camino sin saber el destino camino días y días hasta que al final se encontró con un cartel que ponía “El hombre que sea fuerte se quedara con mi hija, la princesa Armenda” firmado el rey, Bonifacio decidió ir al castillo para luchar contra caballeros para quedarse con la dulce Armenda y se inscribió a la lucha solo llegar al castillo.
    Dos días después toco la hora de la verdad y le toco luchar contra un caballero que si ganaba se quedaba con su hija, el contrincante iba protegido totalmente en cambió Bonifacio solo iba protegido de la cabeza el abdomen, empezó la lucha estuvieron un buen rato luchando hasta que al final en un momento inesperado al caballero se le cayo la espada al suelo y Bonifacio aprovecho para clavarle la espalda hasta las entrañas.
    Bonifacio fue el ganador y como bien decía el cartel quien ganase se llevaría a la princesa Armenda, y asi fue Bonifacio y la princesa se casaron y al cabo de unos meses hubo un comida familiar entre castillos y allí fue donde Bonifacio de encontró con su hermano.

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  2. XAVIER FRANCESCH SABATÉ 3ESOB

    Bonifacio, siguió su camino hacia el mundo por la izquierda cuesta abajo, la cual desgraciadamente bajó rodando. Al llegar al final de la pendiente, lleno de rasguños y magulladuras se quedó tumbado en el suelo un buen rato inconsciente. Cuando se despertó estaba en una casita desconocida, tumbado en el sofá todo lleno de tiritas y vendas que le tapaban las heridas; a alrededor había toda una familia mirándole y hablando:

    -Mira mira, ya se despierta.
    -Shhh! No hables tan fuerte que lo despertaras.
    -Hola. Dijo Bonifacio.-¿Donde estoy?
    -En la casa del cocinero real y hasta que te cures no puedes marcharte porque te has roto las dos piernas, iras una temporada en silla de ruedas.

    El pobre Bonifacio no sabía que hacer, yendo en silla de ruedas tanto tiempo no saldría de esa casa nunca para ir a trabajar o como se llamara eso que le había dicho su padre.
    En esa casa le ofrecieron un trabajo en el que podía estar sentado mientras lo hacía y era muy honorífico, ser pinche real.
    A la mañana siguiente le enviaron a trabajar en la cocina del castillo y le dijeron que la princesa se iba a casar y que tenían que organizar el banquete real.
    El pobre Bonifacio estaba desesperado; que tenía que hacer si no sabia cocinar. Al llegar a la cocina le pidieron que pelara 10 patatas y que las pusiera a hervir en aceite caliente; al pelarlas más bien las partió en mil pedazos y en vez de poner a hervir las patatas en aceite de oliva puso las pieles con aguarrás.
    Rápidamente las puso en una bandeja (medio crudas) y las llevó a la mesa real. Como lo que había llevado a la mesa apestaba tanto que podía matar se tapó la cara con un pañuelo para no olerlo. Al ver al príncipe que se iba a casar con la princesa vio a su hermano y se quedó mudo; el rey al oler eso y al no conocer ese tipo mandó encarcelarlo cruelmente por cocinar eso, pero al ver que iba en silla de ruedas le dio pena y le pidió perdón por esa orden tan cruel ya que ese día había tenido que pelearse con el rey para casarse y eso le había estresado mucho. Antes de que se fuera, le pidió que se quitara el pañuelo para saber quien se escondía debajo de ese pañuelo. Bonifacio medio mudo y sorprendido dijo:
    -Sss..., Ssss…, Sssi..., señor.
    Y al quitarse el pañuelo el rey se quedó sorprendido y grito:
    -¡A mis brazos hermano! ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Qué te ha pasado?
    -Pues no tengo ni idea, la verdad. Dijo Bonifacio.
    -Perdona por todo esto, a partir de ahora serás mi mano derecha y viviremos los dos como dioses.

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  3. DIDAC FELIU ORTS 3ESOB

    Bonifacio cogió el camino de la izquierda y camino y camino hasta llegar a una pendiente enorme llena de piedras, bajó con cuidado y una vez abajo vio un terreno verde con muchas cadiras alrededor, el no sabía que era, y pensó que si entraba por el túnel que salía del campo encontraría comida o algo parecido.
    Entro por el túnel, y llegó hasta una puerta de vidrio que ponía Vestidor local, y llamó, toc toc pero nadie abría, así que estiró la mano y con los dedos la abrió. Camino cuidadosamente y vio una piscina con burbujas y tapas de comida, muchas tapas de comida, empezó por comer el jamón serrano y luego terminó con el queso de mozzarella.
    Cuando ya estaba satisfecho de tanto comida, se metió dentro del agua y estuvo descansando hasta que llegó el señor de mantenimiento, que cuando vio a Bonifacio allí tumbado, dijo que esto no podía ser y que saliera inmediatamente de allí, Bonifacio se resistió y le dijo que él no tenía donde ir y que estaba muy bien aquí, el señor de mantenimiento le dijo que si quisiera podría ir a vivir con él, Bonifacio no se lo pensó dos veces y dijo que sí.
    A continuación, cuando llegaron a casa d’Eustaquio (el señor de mantenimiento) le dijo a Bonifacio:
    -Yo te doy alojamiento a cambio que tú trabajes por mi
    - De acuerdo, pero que trabajo – dijo Bonifacio
    - Tendrás que ir al pueblo cada día y comprar el pan, y con el dinero que te sobre te podrás comprar lo que quieras.
    - ¡Esto me gusta!- dijo con alegría Bonifacio
    Cuando se despertó, Eustaquio le dejo el dinero y un mapa del pueblo por si se perdía, y fue a buscar el pan, una vez al pueblo vio una casa muy grande que decía Casa de los Príncipes, y se le ocurrió llamar a la puerta toc toc pero nadie contestaba, así que estiró la mano y la puerta se abrió, entro con cuidado y sin hacer demasiado ruido y se encontró con otra puerta, así que volvió a llamar, espero unos segundos y un señor le abrió y le dijo:
    -¿Qué hacéis aquí?
    - Solo venía por… -dijo Bonifacio susurrando.
    - Tranquilo no tengas miedo, ¿quiere pasar a tomar el té?
    - Sí, sí con mucho gusto.
    Seguidamente, cuando entró vio a su hermano tumbado con una mujer y dijo:
    -Esto no puede ser, ¿cómo has llegado hasta aquí?
    - ¡Eso no importa lo que importa es que estemos bien!-dijo su hermano.
    Y así terminó el cuento del hermano que cogió el camino de la izquierda.

    DIDAC FELIU ORTS 3ESOB

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  4. ALBA FELIU ORTS 3ESOB
    Y entonces me despedí de mi hermano. Él cogió el camino de la derecha y yo el de la izquierda. Empecé a andar durante más de dos días, hasta que no pude más. Me dormí al pie de un árbol gigante. Cuando me desperté, parecía que el clima hubiera cambiado, todas las flores eran de tonos alegres, la hierba alta y verde, y el camino muy limpio. Todo era muy extraño. Seguí andando por el camino hasta que por fin encontré una pequeña granja. Llamé a la puerta, y un hombre de unos cincuenta años me abrió:
    - ¿Qué estás buscando viajero?
    - Nada, solo me gustaría comer alguna cosa y si puede ser pasar la noche.
    - De acuerdo, pareces un buen chico.
    Así que me prepararon la cena, y también pude quedarme a dormir. Como no había sitio en la casa, me quedé con los animales de la granja.
    A la mañana siguiente, el granjero me despertó y me dijo:
    - ¿Cómo lo has hecho para que crezca la hierba de tu alrededor?
    - Eeeee…
    - Tranquilo, se que eres buena persona, pero no hace falta que trabajes durante la noche, te puedes quedar el tiempo que quieras.
    - Gracias, pero yo no…
    Y el granjero se fue. Pasaron los días y Bonifacio se dio cuenta que tenía una virtud: cuando se despertaba cada mañana, toda la vegetación que había a su alrededor crecía y cogía un tono muy bonito y brillante.
    Decidió dejar la casa del granjero, y viajar hasta el pueblo para encontrar un trabajo de jardinero. No tardó en encontrarlo, y pronto se convirtió en el jardinero más famoso del pueblo.
    Un buen día, llegó la princesa al pueblo y es que, cómo le gustaban tanto las flores, quería contratar a Bonifacio. Él, muy orgulloso acepto el trabajo y se fue al castillo con la alfombra transportadora de la princesa. La mayor sorpresa fue que, al llegar, encontró a su hermano. Los dos contaron su historia desde que se separaron, ya hace dos meses. Desde aquel día, los dos hermanos viven en el castillo muy felices por lo que han logrado. Y la razón porque Bonifacio tenga una virtud es porque, de tan hermoso que era, todo lo que tocaba se sentía alegre.

    ALBA FELIU ORTS 3ESOB

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  6. Pero aún le quedaba un objeto que recoger. Llevaba un frasco donde poder poner la gota de veneno. Eran casi las 21 horas cuando empezó llego a la mitad del camino, tenía mucho sueño y hambre, pero no quería parar a descansar porque ya llevaba la mitad de camino. Mientras pensaba en todo esto tropezó con una branca muy curvada, el se levanto pero se por alguna razón se volvió a girar y lo que parecía un branca estaba avanzando, aunque era de noche y estaba cansado miro esa cosa con sorpresa y estuvo un rato pensando en las indicaciones que el hombre le había dado y entonces se dio cuenta que era una serpiente, cogió una piedra que había por el suelo i se la tiro a la cabeza, la mato, recogió el cuerpo i se lo llevó. Llegó a la casa a entre las 0 horas y la 1. Cuando llegó ceno y se fue a dormir. Pero antes de irse a dormir vio como el brujo estaba preparando la poción y le pregunto que cuando le iba a dar el dinero. Y le respondió que se lo daría la siguiente mañana.
    El día siguiente al levantarse, desayuno todo lo que pudo y más y reclamo el dinero al viejo. Y él le dio el dinero y le respondió si me haces otro trabajo te doy 5 veces más dinero de lo que te dado. Y Bonifacio le respondió que cuanto es esto. El viejo dijo que eran 250€. El afirmo diciendo le que aceptaba.
    El viejo explico que esta vez el trabajo aun es más fácil solo tienes que darle este frasco con la poción al rey. Él apuntó que no sabía dónde estaba el rey…
    Al final de todas las explicaciones se dirigió a palacio. Llegó por la noche i como no le pareció bien llamar a esas horas busco un sitió agradable donde dormir y encontró un puente de piedra que debajo tenía una hierba verde que parecía cómoda, la probó, le gustó, y se durmió.
    La mañana siguiente, se dirigió a palacio y llamó a la puerta. Y se esperó delante de ella, al cabo de casi 5 minutos se abrió la puerta y por sorpresa, se encontraron los dos hermanos que habían escogido los caminos distintos. El rey le invito a pasar y a vivir con ellos.
    Vivieron felices y comieron perdices.


    ALBERT INGLÉS

    PART 2

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  7. JOAN BASORA RIC 3ESOB

    Y Bonifacio decidió escoger el camino de la izquierda. Se despidieron con un fuerte abrazo y deseando lo mejor para ambos, a continuación, empezó su nueva vida, su nueva aventura.
    Bonifacio decidió tomar un paso tranquilo, quería disfrutar del paisaje, saborear su libertad. Cruzó un pequeño riachuelo, pasó varios puentecitos… Hasta llegar al punto más alto de una pequeña montaña, donde pudo divisar entre la arboleda una pequeña chabola un tanto curiosa. Decidió llamar a la puerta: “Toc, toc”. No se oía nada en el interior, pero decidió insistir. Tras esperar unos minutos, decidió reemprender su camino, a la espera de otra casita o pueblo donde poder tomar un pequeño refrigerio; su estómago empezaba a susurrar.
    Bien, pasó media hora aproximadamente, quizá un poco más, cuando de repente volvió a ver algo entre los árboles. Parecía la misma casa de antes, en el mismo sitio que antes. Se frotó los ojos, aquello era algo desconcertante, él juraría haber andado recto, no podía haber dado la vuelta. Tratando de quitar importancia al hecho se acercó a la chabola, y decidió volver a llamar, ya que estaba allí, no perdía nada por intentarlo. Pero esta vez sí salió alguien, una persona algo extraña, tenía todas las características físicas de un brujo: nariz puntiaguda, abundantes arrugas, mirada penetrante, bastón, sombrero de punta, pelo grisáceo y bata oscura. El brujo le ofreció entrar y se presentó; se llamaba Kon Pai. Después de explicar su situación al brujo, Bonifacio insinuó que necesitaba comer algo, y el brujo le ofreció una amplia variedad de embutidos, quesos, mermeladas… Decidió aprovecharse de la situación y llenar el depósito al máximo.
    Una vez acabó, el brujo le ofreció quedarse un rato más a charlar, pues aquel hombre recibía escasas visitas, necesitaba algo de conversación. Estuvieron charlando un buen rato sobre sus respectivas historietas, hazañas, anécdotas y demás. Hicieron buenas migas, pero Bonifacio creyó conveniente seguir su camino, así que le dijo a Kon que debía marcharse antes de que anocheciera. El brujo insistió en que se quedara a pasar la noche, pero Bonifacio quería avanzar en su camino, así que se despidió con un apretón de manos y salió de la casita; pero antes de que pudiera dar el segundo paso el brujo le pidió que esperar un instante. Bonifacio se volvió y esperó mientras el brujo subía unas escaleras hacia el desván. Un par de minutos después, Kon bajó con una bolsa y se la dio a Bonifacio mientras decía: “Esta bolsa contiene dos objetos que te serán de utilidad en tu camino, cada uno tiene una propiedad especial, pero prefiero que la descubras tú, te deseo lo mejor en tu aventura, suerte amigo”. Después de dibujar unos inteligibles signos en el aire con su mano, el brujo indicó a Bonifacio que continuase andando.
    Y así lo hizo, continuó en línea recta, deseando no volver a aparecer en la misma casa, no porque no hubiese congeniado con Kon, en absoluto, sino que de esa forma nunca avanzaría. Bien, el sol empezó a acercarse a los picos de las montañas, pero todavía quedaba una hora de luz aproximadamente.


    PARTE 1

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  8. JOAN BASORA RIC 3ESOB

    Por raro que parezca, todavía no había abierto la bolsa, no era un hombre curioso, pensó que en cuanto tuviese un rato de descanso le echaría un vistazo. Pasó un buen rato hasta que pudo ver entre las copas de los pinos un pequeño poblado: cuatro o cinco casas y un pequeño campanario. Era un buen sitio donde pasar la noche, así que tomó esa dirección. Al llegar a la entrada del pueblo, una sensación de bienestar le recorrió el cuerpo, parecía que había encontrado el sitio idóneo donde pasar la noche. Tras observar las diferentes casitas, se decidió por la del centro, le inspiraba más seguridad. Allí llamó a la puerta, deseando obtener respuesta, pues el sol empezaba a esconderse y si no encontraba a alguien por allí tendría que dormir al raso. Sus esperanzas se cumplieron, y una mujer de unos cuarenta y cinco años le abrió con una bonita sonrisa: “Buenas tardes, ¿necesitaba algo?”. Él volvió a explicar su pequeña historia y la mujer le ofreció pasar allí la noche, su marido estaba de viaje, y tenía una cama libre.
    La mujer preparó algo de cena y decidieron cenar antes de que la sopa se enfriara. La mujer parecía algo incómoda, algo nerviosa. Bonifacio no quería causar molestias, así que le pregunto si no se sentía a gusto con él en su casa. La mujer decidió explicarle aquella historia. Se trataba de una pequeña profecía pueblerina, cuyo cuerpo se componía de una simple frase: “El día de la bestia llegará, nadie la podrá esquivar, todos sucumbirán”. Según le contó la mujer, aquel era el día elegido, y todo el mundo se había encerrado en sus casas presos del miedo.
    Bonifacio era valiente, esas historias no le asustaban, es más, le parecían interesantes. La mujer decidió echarse a dormir, deseaba que aquella noche pasara lo antes posible sin percatarse de lo más mínimo. Él, en cambio, se quedó frente a la chimenea leyendo un libro que estaba encima de la mesa, parecía interesante.
    Al rato de empezar aquel libro, notó que su sensación de frío incrementaba progresivamente, de forma irreal. El fuego empezó a apagarse lentamente y sonaron las once campanadas. Se oyeron fuertes y rápidos pasos en el exterior, no eran propios de un humano. Bonifacio se asomó a la ventana, unos ojos brillantes y rojos le clavaban la mirada. Decidió volver a la butaca en silencio, intentando no exaltar a la bestia. Abrió aquella bolsa que le dio el mago, esperando encontrar algo de utilidad para la ocasión. Encontró dos cosas: una cerbatana curiosamente decorada cargada con un dardo, y una piedra azul. Le pareció que aquella cerbatana le sería de ayuda, así que la sacó de la bolsa y la inspeccionó detalladamente. Se aseguró que el dardo salía sin atascarse y abrió un poco la ventana, tratando de sacar la punta de la cerbatana para disparar aquel dardo contra la bestia. Sopló con fuerza apuntando lo mejor que pudo, pero al salir del tubo, el dardo se iluminó y triplicó su velocidad siguiendo a la bestia, que deambulaba observando las pequeñas casas. El dardo se clavo en la nuca de la bestia, y como controlada por radiocontrol, empezó a correr hacia el bosque, hasta perderse entre la niebla nocturna. Una vez desaparecida su figura, se oyeron varias exclamaciones de alegría y varias personas llamaron a la puerta de la casa. Habían visto la hazaña, y querían agradecerle la ayuda con un suculento banquete con todo el pueblo. Lo que Bonifacio no sabía era la segunda parte de esa profecía: “Si un valiente ahuyenta a la bestia, deberá recibir el mayor de los agradecimientos”. Y así fue, todo el pueblo preparó un gran banquete, incluso el cura hizo tocar las campanas, aquello rozaba el milagro.

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  9. JOAN BASORA RIC 3ESOB PARTE 3/3


    Después de tal celebración, todos querían hospedarle en su casa, así que pasó la noche como un auténtico héroe.
    Al amanecer, el canto de los gallos le despertó, y decidió continuar su aventura. Encontró ropa nueva a los pies de su cama junto con una nota de agradecimiento, al contrario que su hermano, él sí sabía leer. No quiso despertar a nadie, dejó una nota en la cocina y se marchó. Ando y ando, hasta llegar a una frondosa arboleda en medio del camino, algo siniestra. Se adentró en ella, y aunque era un hombre valiente, aquel lugar le producía considerables escalofríos. Era húmedo, oscuro, frío. Parecía no tener final, cada vez había menos luz. Empezó a oír susurros inteligibles, cada vez más cercanos, pero no parecía haber nadie allí. Bonifacio tenía frío, y empezaba a experimentar una nueva sensación muy poco agradable: el miedo. Notaba como algo le tocaba las piernas, le susurraban al oído, los corrientes fríos de aire no cesaban. Algo brillaba en su espalda, se descolgó la bolsa y sacó aquella piedra. Estaba resplandeciendo, era maravillosa, aunque en aquel momento Bonifacio no estaba para detallismos. Al sacar la piedra los susurros repetían: “Todos se irán, el frió cesará, pero tus pertenencias desaparecerán…”, una y otra vez. Bonifacio alzó la piedra y de repente desprendió una luz cegadora. Cuando se apagó, abrió los ojos deseando que todo hubiera acabado, y así fue. Se encontraba en una inmensa pradera, frente a un castillo inmenso, pero no vestía con la ropa ofrecida por los pueblerinos, sino con un camisón hasta los pies de color negro y unas alpargatas. No se explicaba nada de lo ocurrido, ¿lo habría soñado? La cuestión es que de repente oyó una voz: “¿Bonifacio? Bonifacio!” No podía ver demasiado bien, estaba algo mareado y no distinguía claramente la cara de la persona que le llamaba. Esa persona se acercó y le dio un par de palmadas: “Bonifacio, ¡soy tu hermano! Nos hemos vuelto a encontrar, por el amor de Dios, ¿cómo has llegado aquí?”
    Todavía estaba desconcertado, pero Bonifacio sintió seguridad sabiendo que tenía a su hermano al lado. Estuvieron un buen rato explicándose sus historias, y decidieron emprender una nueva historia juntos, mano a mano.



    FIN

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  10. LAURA GARCIA INGLÉS 3ESOB

    El hermano pequeño pero no por eso el menos inteligente decidió coger el camino de la izquierda… ¿Cuáles eran los peligros a los que se afrontaba el joven Bonifacio? Pues bien, se adentró en el camino de la izquierda más o menos con unos pasos seguros, al entrar, se giró, el camino se había vuelto negro, no podía dar ningún paso atrás. Bonifacio creía que eso era bueno porque de esa manera sabía seguro que tenía que seguir su rumbo siempre hacia delante, pasara lo que pasara, y así lo hizo. Bonifacio caminó y caminó por el bosque tenebroso hasta llegar a una zona sin árboles, con pequeñas carreteras. Bonifacio siguió el rumbo pero… ¡Alto! Un carruaje pasó ante Bonifacio, ese podía ser su esperanza.
    El carruaje paro frente Bonifacio, un hombre con cara de pocos amigos abrió la puerta y se bajó de su carruaje, se presento delante de Bonifacio con alguna intención indefinida y soltó:
    -¡Perdona joven! Te doy lo que quieras a cambio de que me digas si has visto a estos dos hombres de este retrato.
    -¿Lo que quiera? Pues quiero comida y dinero y por cierto por aquí no han pasado.
    -Bueno, pues como recompensa por tu ayuda entra en mi carruaje y come todo lo que quieras, sobre el dinero, te lo tendrás que ganar trabajando para mí.
    -Pero bueno… ¿Qué quieres que haga?
    -Pues verás, yo te doy 200 monedas de oro si vigilas el carruaje toda la noche para que yo pueda dormir.
    -Bufff… que difícil pero acepto el trato.
    Por la noche Bonifacio se quedo apoyado a un árbol mientras vigilaba el carruaje y se durmió, suerte que se despertó antes que ese señor con el que había negociado. Y así fue como Bonifacio consiguió 200 monedas de oro por no hacer nada y con un desayuno gratuito, cargado de comida Bonifacio continuó su rumbo hacia delante.
    El muchacho se pasó todo un día andando y estaba cansadísimo y como llegó de nuevo la noche se durmió en el pie de un árbol. La mañana siguiente siguió caminando hasta que llegó a una especie de cartel que ponía: “Si a llegado hasta aquí no siga andando…” Bonifacio como era bastante miedica se giró y vio el camino negro, así que se aguantó el miedo y siguió andando, a medio camino el joven le pareció oír algo, ¡Era un nomo!
    -Que raro, me pensaba que no existíais
    -¿Cómo que no? Lo llevas claro inculto
    -Perdone señor… Es que… llevo andando durante muchos días, me he perdido y no encuentro a mi hermano, he perdido el conocimiento hace nada y no se que hacer… ¿Usted me podría dar algo de comida?

    PART 1

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  12. LAURA GARCIA INGLÉS 3ESOB

    -Ui, pues verás… Yo no tengo de eso, si tengo hambre voy recto a un kilómetro de aquí, te aseguro que hay unos enormes campos de árboles frutales y a escondidas me como sus frutas.
    -Oh, muy bien, ¡gracias!
    Bonifacio llegó a los campos de árboles frutales y se empezó a poner las botas y a poner frutas en su mochila, al acabar se levantó y como que estaba a reventar de tanta comida se durmió en uno de los pies de los árboles.
    El joven fue despertado por unos pequeños golpes, como si alguien quisiera despertarlo, y sí, lo consiguió. Al despertar se dio cuenta de que un trabajador le había pillado comiéndose las frutas y lo arrastró hasta su señor.
    ¡Y que sorpresa! El señor era el que se había encontrado hacía unos días y lo había ayudado. El señor le dijo que no pasaba nada y que si necesitaba alguna cosa que se lo pidiera.
    El joven le dijo que nada que pudiera hacer, que el sueño que el quería por entonces era crear una familia y reencontrarse con su hermano mayor tan querido.
    Y así Bonifacio continuó su ruta, tranquilamente mientras pasaba el tiempo, en un callejón retirado a las afueras, donde nadie iría jamás, pero Bonifacio decidió ir por allí que se podía encontrar algo diferente.
    Llegó a una casa muy bonita con un cartel al lado que ponía “Princesa busca un príncipe” así que el joven decidió entrar, era una mujer preciosa llamada Boliana esta al verle se le puso el corazón a cien y al ver que fue el único hombre capaz de entrar en ese callejón e ir a buscarla le invito a pasar un día, y como amor a primera vista al día siguiente le dijo que su recompensa seria casarse con ella. Antes de ello Boliana le contó que era una princesa real pero que sus padres le habían enviado allí porque no encontraba a un príncipe que se quisiera casar con ella, desterrándola hasta que se cambiara su destino, allí estaba en espera a que un hombre valiente se dignara a ir y a abrir su corazón, en cuanto lo encontrara volvería al palacio real y así lo hicieron. Boliana saludó a su hermana que hacia dos años que no la veía y esta le presentó a su marido, Bonifacio al verlo se quedo impactado y es que ¡era su hermano!
    Y así acaba el cuento Bonifacio que se casó con amor y tubo una familia, junto con el rencuentro de su queridísimo hermano que vivieron juntos con sus esposas para siempre, y lo más importante, vivieron con una sobre dosis de felicidad.

    PART 2

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  13. Érase una vez dos hermanos que vivían junto a su padre en una casa humilde en medio de la nada, donde el mayor, Bonifacio se las apañaba para mantener con vida a su joven hermano i a su anciano padre. un día él y su hermano decidieron que encerados en aquella chabola nunca conseguirían prosperar y el día siguiente se separaron de su padre.

    Andando fatigosamente por el camino de las esperanzas donde brilla el sol cada mañana y cada soplo de viento te empuja a seguir hacia delante, hasta que llegaron a una bifurcación, uno de los dos caminos era la continuación de las esperanzas y el otro era llamado “del olvido”.

    Un camino era largo y espacioso y el otro era una senda oscura y deprimente, el de la derecha.

    Como su hermano no quería ir con él, decidió que el iría por la izquierda. Él ando y ando, hasta que al caer la noche se paró a dormir debajo de una estatua de su majestad el rey.

    La mañana siguiente se levantó y continuó andando hasta que se encontró con la estatua de antes. Pensó que el rey había mandado construir un montón de ellas. Después de haber pasado ya tres veces la estatua del rey se paró y hizo una marca con el palo que encontró más rápido. Al cabo de media hora reparó en la estatua en el horizonte todo igual. Incluida la raya del palo ¡Pobre de él! ¡Había caído en la senda del olvido!

    Se estaba volviendo loco y necesitaba salir de allí, así que se lanzó contra los árboles y empezó a correr campo a trabes hasta ver que nada podía hacer, pues delante suyo le volvía a aparecer la dichosa estatua, hasta que delante suyo, además de la estatua aparecieron dos túnicas largas con su correspondiente tipo en el interior, con comida y tiraron de la nariz del rey (la estatua) y se levantó la placa de la estatua, ¡dejando a la vista un pasadizo largo y oscuro! Era su billete de salida, así que con mucho cuidado él hizo lo mismo, y al tirar de la nariz una voz le preguntó:

    -¿contaseña?

    -Pero si no hay ¿no?

    -Tienes razón, te estaba poniendo a prueba, pasa.

    Nada más entrar se encontró con una silueta, no era ni del too humana ni del todo animal. Era un hombre con cabeza de toro ¡Un minotauro!

    -¿¡Y MI COMIDA!?

    -¿Qué comida?

    -SIN COMIDA NADIE PASA, Y SI NO LLEVAS COMIDA, ¡TU ERES MI COMIDA!

    Pobre de él, el minotauro lo perseguia a trabés de una imensa red de tuneles y galerias, hasta que se encontró con la salida, que llevava directamente a las catacumbas de palacio, donde se encontró con toda la comida que queria. Hasta que un dia, el rey bajo de expedición a las catacumbas y le encontró, ¡Era su hermano! Que le dijo: a partir de ahora viviremos los dos a cuerpo de rey. Ven conmigo.


    FIN
    Pau Solé Boronat 2nB ESO

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  15. Manuel Zarza



    -¡Bonifacio! ¡Bonifacio! –Chillaban unos chicos largos y paliduchos.
    -¿Quién sois? –Dijo Bonifacio.
    -Quién quieres que seamos… ¿Unos elfos? -Contestaban con ironía los dos chicos.
    -En serio, ¿quien sois? ¿Qué hago aquí?
    -Oh oh…. Ha perdido la memoria. Nosotros somos tus amigos de hace media hora, te habías ido de casa para tener una vida mejor… Y cuando llevabas 15 minutos de camino, ¡nos encontraste a nosotros!
    -¿Y como os llamáis?
    -Yo Pedro, y él José
    -¿Y adonde nos vamos?
    -Al Francolí, dicen que es un rio con mucho cabal i con unos peces enormes.
    -Pues allá vamos
    Anduvieron 60 días enteros. De Reus al Francolí ¡Hay un buen camino! Y es lo más normal tardar ese tiempo: cada 7 minutos de andar tenían que parar a dormir la siesta, comer, beber y hacer uno sus necesidades…
    De lo seco que estaba el rio, se lo saltaron y llegaron hasta donde está actualmente la catedral. Se echaron otra siesta y cuando se despertaron, ¡Había un gran ejército de romanos! Él comandante se acerco a hablar con ellos.
    -¡Chicos! ¿Vosotros sois de estas tierras?
    -Sí – Contestó pedro
    -Creo que nos podemos ayudar mutuamente, en estas tierras quiero edificar la mayor ciudad romana de toda la península , Si me ayudáis a conocer estas tierras os doy una casa en la ciudad, a demás un trabajo.
    Los chicos aceptaron. Pasaron los años y el hermano de Bonifacio fue a ver la ciudad de Tarraco y averiguar a quien vio… ¡A Bonifacio! Se sentaron a tomar un café al bar del portal del Roser a explicarse sus anécdotas.

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  16. RAFA NÚÑEZ FUENTES 3ESO B

    Bonifacio, eligió el camino izquierdo. Tras una triste despedida entre hermanos, empezó su viaje. Mientras caminaba vio que unas flexas, marcadas en la madera de los tristes arboles, le llevaban a un lago pobre junto a una casita medio abandonada.
    La intriga le pudo, y se dirigió a la casa. ¿Os imagináis que podia haber dentro de esa ciénaga? Platos rotos por el suelo, las sabanas de la cama tiradas por el medio, la cocina desordenada, restos de comida que desprendía una amarga olor... Bonifacio se fijó en un pincel azul, en que sus hilos eran de oro puro. Lo cogió y dibujo un pajarito; Como si de mágia se tratara, el pajaro cobró vida própia.
    - Muy buenos días señor Bonifacio
    - ¿Como? !Un pajaro que habla! - dijo él
    - Verás, este pincel es mágico. Todo lo que tu dibujes cobra vida. Pero no todo es tan bueno como parece, si al día creas mas de tres dibujitos, algo malo te ocurrirá.
    Bonifacio, al escuchar esas palabras, decidió marcharse corriendo y siguió su trayecto. Él estaba muy feliz con su pincel, pero claro "¿que pasaría si hago mas de tres figuras al día?" pensaba por dentro. Así que el tonto de Bonifacio, reconocido por su gran belleza, empezó a impregnar una pared con más de tres dibujos: un monedero lleno de billetes, un carruaje, un buen traje de gala, un perro de compañia y una tienda de campaña. Os preguntaréis para que todo eso, pues mirar, el monedero con dinero para poder ser más rico y tener más fama, el carruaje para presumir, el traje de gala para ir bien vestido y tirar aquella horrenda ropa que llevaba, el perro de compañia para tener un buen amigo al lado y la tiendecita para alojarse allí donde él quisiera. Una vez creados esa serie de cosas, Bonifacio empezó a reirse:
    - Ui cuantas cosas me han pasado por dibujar más de tres objetos. Jejeje.
    Pasaban los días, y contra más dibujos, más feliz era. Hasta los ciutadanos de aquel pueblecito lo empezaron a llamar Bonifacio el virey mágico.
    Pasaban los días y a Boni, el chico, le llegaron a sus oidos que el gran concurso de belleza y riqueza estaba al caer. Y no izo otra cosa que empezar a dibujar billetes y billetes, junto a preciosos vestidos brotados con finos hilos de oro y de plata. Llegó el famoso día, Bonifacio no se preocupó de nada, además conoció a la hija del zapatero, reconocida por su verdadera belleza exterior e interior.
    Empezó el esperado espectaculo, y Bonifacio sintió un escalofrio en su extremidad inferior, como si alguien le tocara con una fina pluma. ¿Imagináis quien era? El pajaro que le avisó de las conseqüencias que tenía el pincel. Le echó un mal de ojo, y se fue volando. "Quien avisa no es traidor" decía.
    En ese preciso instante, el pincel desapareció junto a las prendas de ropa, los billetes dibujados, el perro de compañia... Había dibujado más cosas de las permitidas y pasó lo que pasó.
    Bonifacio, muerto de verguenza, echó a correr tras ser humillado por todo el pueblo. Abucheandole, riendose de él, desapareció.
    Y esque dicen que la abarícia rompe el saco, justo lo que le pasó.
    Bonifacio no podia estar peor, lo perdió todo y encima volvió a su pobreza. A la salida del pueblo, se encontró de nuevo con su hermano, si, aquel que le ocurrió todo lo contrario que a Boni.
    -¿Que tal hermanito, como te va la vida?
    -Necesito tu ayuda, dejame alojarme en tu casa por favor, nada me puede salir peor.
    Y así fue, como los dor hermanos, se reencontraron de nuevo. Bonifacio con una triste vida, y su hermano mayor con una familia a la que mantener. Y aqui acaba el cuento de Bonifacio, el hermano mas guapo pero con menos cabeza...

    FIN

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  17. RAFA NÚÑEZ FUENTES 3ESO B

    Bonifacio, eligió el camino izquierdo. Tras una triste despedida entre hermanos, empezó su viaje. Mientras caminaba vio que unas flexas, marcadas en la madera de los tristes arboles, le llevaban a un lago pobre junto a una casita medio abandonada.
    La intriga le pudo, y se dirigió a la casa. ¿Os imagináis que podia haber dentro de esa ciénaga? Platos rotos por el suelo, las sabanas de la cama tiradas por el medio, la cocina desordenada, restos de comida que desprendía una amarga olor... Bonifacio se fijó en un pincel azul, en que sus hilos eran de oro puro. Lo cogió y dibujo un pajarito; Como si de mágia se tratara, el pajaro cobró vida própia.
    - Muy buenos días señor Bonifacio
    - ¿Como? !Un pajaro que habla! - dijo él
    - Verás, este pincel es mágico. Todo lo que tu dibujes cobra vida. Pero no todo es tan bueno como parece, si al día creas mas de tres dibujitos, algo malo te ocurrirá.
    Bonifacio, al escuchar esas palabras, decidió marcharse corriendo y siguió su trayecto. Él estaba muy feliz con su pincel, pero claro "¿que pasaría si hago mas de tres figuras al día?" pensaba por dentro. Así que el tonto de Bonifacio, reconocido por su gran belleza, empezó a impregnar una pared con más de tres dibujos: un monedero lleno de billetes, un carruaje, un buen traje de gala, un perro de compañia y una tienda de campaña. Os preguntaréis para que todo eso, pues mirar, el monedero con dinero para poder ser más rico y tener más fama, el carruaje para presumir, el traje de gala para ir bien vestido y tirar aquella horrenda ropa que llevaba, el perro de compañia para tener un buen amigo al lado y la tiendecita para alojarse allí donde él quisiera. Una vez creados esa serie de cosas, Bonifacio empezó a reirse:
    - Ui cuantas cosas me han pasado por dibujar más de tres objetos. Jejeje.
    Pasaban los días, y contra más dibujos, más feliz era. Hasta los ciutadanos de aquel pueblecito lo empezaron a llamar Bonifacio el virey mágico.
    Pasaban los días y a Boni, el chico, le llegaron a sus oidos que el gran concurso de belleza y riqueza estaba al caer. Y no izo otra cosa que empezar a dibujar billetes y billetes, junto a preciosos vestidos brotados con finos hilos de oro y de plata. Llegó el famoso día, Bonifacio no se preocupó de nada, además conoció a la hija del zapatero, reconocida por su verdadera belleza exterior e interior.
    Empezó el esperado espectaculo, y Bonifacio sintió un escalofrio en su extremidad inferior, como si alguien le tocara con una fina pluma. ¿Imagináis quien era? El pajaro que le avisó de las conseqüencias que tenía el pincel. Le echó un mal de ojo, y se fue volando. "Quien avisa no es traidor" decía.
    En ese preciso instante, el pincel desapareció junto a las prendas de ropa, los billetes dibujados, el perro de compañia... Había dibujado más cosas de las permitidas y pasó lo que pasó.
    Bonifacio, muerto de verguenza, echó a correr tras ser humillado por todo el pueblo. Abucheandole, riendose de él, desapareció.
    Y esque dicen que la abarícia rompe el saco, justo lo que le pasó.
    Bonifacio no podia estar peor, lo perdió todo y encima volvió a su pobreza. A la salida del pueblo, se encontró de nuevo con su hermano, si, aquel que le ocurrió todo lo contrario que a Boni.
    -¿Que tal hermanito, como te va la vida?
    -Necesito tu ayuda, dejame alojarme en tu casa por favor, nada me puede salir peor.
    Y así fue, como los dor hermanos, se reencontraron de nuevo. Bonifacio con una triste vida, y su hermano mayor con una familia a la que mantener. Y aqui acaba el cuento de Bonifacio, el hermano mas guapo pero con menos cabeza...

    FIN

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  18. RAFA NÚÑEZ FUENTES 3ESO B

    Bonifacio, eligió el camino izquierdo. Tras una triste despedida entre hermanos, empezó su viaje. Mientras caminaba vio que unas flexas, marcadas en la madera de los tristes arboles, le llevaban a un lago pobre junto a una casita medio abandonada.
    La intriga le pudo, y se dirigió a la casa. ¿Os imagináis que podia haber dentro de esa ciénaga? Platos rotos por el suelo, las sabanas de la cama tiradas por el medio, la cocina desordenada, restos de comida que desprendía una amarga olor... Bonifacio se fijó en un pincel azul, en que sus hilos eran de oro puro. Lo cogió y dibujo un pajarito; Como si de mágia se tratara, el pajaro cobró vida própia.
    - Muy buenos días señor Bonifacio
    - ¿Como? !Un pajaro que habla! - dijo él
    - Verás, este pincel es mágico. Todo lo que tu dibujes cobra vida. Pero no todo es tan bueno como parece, si al día creas mas de tres dibujitos, algo malo te ocurrirá.
    Bonifacio, al escuchar esas palabras, decidió marcharse corriendo y siguió su trayecto. Él estaba muy feliz con su pincel, pero claro "¿que pasaría si hago mas de tres figuras al día?" pensaba por dentro. Así que el tonto de Bonifacio, reconocido por su gran belleza, empezó a impregnar una pared con más de tres dibujos: un monedero lleno de billetes, un carruaje, un buen traje de gala, un perro de compañia y una tienda de campaña. Os preguntaréis para que todo eso, pues mirar, el monedero con dinero para poder ser más rico y tener más fama, el carruaje para presumir, el traje de gala para ir bien vestido y tirar aquella horrenda ropa que llevaba, el perro de compañia para tener un buen amigo al lado y la tiendecita para alojarse allí donde él quisiera. Una vez creados esa serie de cosas, Bonifacio empezó a reirse:
    - Ui cuantas cosas me han pasado por dibujar más de tres objetos. Jejeje.
    Pasaban los días, y contra más dibujos, más feliz era. Hasta los ciutadanos de aquel pueblecito lo empezaron a llamar Bonifacio el virey mágico.
    Pasaban los días y a Boni, el chico, le llegaron a sus oidos que el gran concurso de belleza y riqueza estaba al caer. Y no izo otra cosa que empezar a dibujar billetes y billetes, junto a preciosos vestidos brotados con finos hilos de oro y de plata. Llegó el famoso día, Bonifacio no se preocupó de nada, además conoció a la hija del zapatero, reconocida por su verdadera belleza exterior e interior.
    Empezó el esperado espectaculo, y Bonifacio sintió un escalofrio en su extremidad inferior, como si alguien le tocara con una fina pluma. ¿Imagináis quien era? El pajaro que le avisó de las conseqüencias que tenía el pincel. Le echó un mal de ojo, y se fue volando. "Quien avisa no es traidor" decía.
    En ese preciso instante, el pincel desapareció junto a las prendas de ropa, los billetes dibujados, el perro de compañia... Había dibujado más cosas de las permitidas y pasó lo que pasó.
    Bonifacio, muerto de verguenza, echó a correr tras ser humillado por todo el pueblo. Abucheandole, riendose de él, desapareció.
    Y esque dicen que la abarícia rompe el saco, justo lo que le pasó.
    Bonifacio no podia estar peor, lo perdió todo y encima volvió a su pobreza. A la salida del pueblo, se encontró de nuevo con su hermano, si, aquel que le ocurrió todo lo contrario que a Boni.
    -¿Que tal hermanito, como te va la vida?
    -Necesito tu ayuda, dejame alojarme en tu casa por favor, nada me puede salir peor.
    Y así fue, como los dor hermanos, se reencontraron de nuevo. Bonifacio con una triste vida, y su hermano mayor con una familia a la que mantener. Y aqui acaba el cuento de Bonifacio, el hermano mas guapo pero con menos cabeza...

    FIN

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  19. RAFA NÚÑEZ FUENTES 3ESO B

    Bonifacio, eligió el camino izquierdo. Tras una triste despedida entre hermanos, empezó su viaje. Mientras caminaba vio que unas flexas, marcadas en la madera de los tristes arboles, le llevaban a un lago pobre junto a una casita medio abandonada.
    La intriga le pudo, y se dirigió a la casa. ¿Os imagináis que podia haber dentro de esa ciénaga? Platos rotos por el suelo, las sabanas de la cama tiradas por el medio, la cocina desordenada, restos de comida que desprendía una amarga olor... Bonifacio se fijó en un pincel azul, en que sus hilos eran de oro puro. Lo cogió y dibujo un pajarito; Como si de mágia se tratara, el pajaro cobró vida própia.
    - Muy buenos días señor Bonifacio
    - ¿Como? !Un pajaro que habla! - dijo él
    - Verás, este pincel es mágico. Todo lo que tu dibujes cobra vida. Pero no todo es tan bueno como parece, si al día creas mas de tres dibujitos, algo malo te ocurrirá.
    Bonifacio, al escuchar esas palabras, decidió marcharse corriendo y siguió su trayecto. Él estaba muy feliz con su pincel, pero claro "¿que pasaría si hago mas de tres figuras al día?" pensaba por dentro. Así que el tonto de Bonifacio, reconocido por su gran belleza, empezó a impregnar una pared con más de tres dibujos: un monedero lleno de billetes, un carruaje, un buen traje de gala, un perro de compañia y una tienda de campaña. Os preguntaréis para que todo eso, pues mirar, el monedero con dinero para poder ser más rico y tener más fama, el carruaje para presumir, el traje de gala para ir bien vestido y tirar aquella horrenda ropa que llevaba, el perro de compañia para tener un buen amigo al lado y la tiendecita para alojarse allí donde él quisiera. Una vez creados esa serie de cosas, Bonifacio empezó a reirse:
    - Ui cuantas cosas me han pasado por dibujar más de tres objetos. Jejeje.
    Pasaban los días, y contra más dibujos, más feliz era. Hasta los ciutadanos de aquel pueblecito lo empezaron a llamar Bonifacio el virey mágico.
    Pasaban los días y a Boni, el chico, le llegaron a sus oidos que el gran concurso de belleza y riqueza estaba al caer. Y no izo otra cosa que empezar a dibujar billetes y billetes, junto a preciosos vestidos brotados con finos hilos de oro y de plata. Llegó el famoso día, Bonifacio no se preocupó de nada, además conoció a la hija del zapatero, reconocida por su verdadera belleza exterior e interior.
    Empezó el esperado espectaculo, y Bonifacio sintió un escalofrio en su extremidad inferior, como si alguien le tocara con una fina pluma. ¿Imagináis quien era? El pajaro que le avisó de las conseqüencias que tenía el pincel. Le echó un mal de ojo, y se fue volando. "Quien avisa no es traidor" decía.
    En ese preciso instante, el pincel desapareció junto a las prendas de ropa, los billetes dibujados, el perro de compañia... Había dibujado más cosas de las permitidas y pasó lo que pasó.
    Bonifacio, muerto de verguenza, echó a correr tras ser humillado por todo el pueblo. Abucheandole, riendose de él, desapareció.
    Y esque dicen que la abarícia rompe el saco, justo lo que le pasó.
    Bonifacio no podia estar peor, lo perdió todo y encima volvió a su pobreza. A la salida del pueblo, se encontró de nuevo con su hermano, si, aquel que le ocurrió todo lo contrario que a Boni.
    -¿Que tal hermanito, como te va la vida?
    -Necesito tu ayuda, dejame alojarme en tu casa por favor, nada me puede salir peor.
    Y así fue, como los dor hermanos, se reencontraron de nuevo. Bonifacio con una triste vida, y su hermano mayor con una familia a la que mantener. Y aqui acaba el cuento de Bonifacio, el hermano mas guapo pero con menos cabeza...

    FIN

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  20. REDACCIÓN Júlia Massó
    Tras despedirse de su hermano, tomó el camino de la izquierda. Bonifacio estaba acostumbrado a caminar, porqué cuando vivía con su padre y su hermano hacía largas caminatas para encontrar algo de comida, pero era humano y también se cansaba. Así pues se puso a descansar bajo la sombra de un árbol. Cuando despertó, siguió su camino hasta que encontró una casa y decidió pasar la noche allí. Llamó y le abrió la puerta una viejecita con una nariz de cuervo y ojos saltones. Su rostro expresaba desconfianza. Con voz áspera preguntó:
    - Quién eres y qué quieres?
    - Mi nombre es Bonifacio y deseo quedarme una sola noche en su bonita casa – dijo el joven con cierto respeto
    - Pasa, te presentaré mis hijas
    Bonifacio entró. La vieja le enseño su habitación, le dio de comer y cuando acabó, le presentó sus tres hijas. El chico se enamoró de la más joven, llamada Belinda. Tenía un fino y dorado cabello y sus ojos eran azules como el mar. Parecía amable, bondadosa y dócil. Nada parecida a su madre. Las otras dos no se podían comparar con ella. Bonifacio no sabía qué era aquella sensación, nunca había estado enamorado, pero le gustaba y no quería perderla. La vieja anunció:
    - Escoge una de mis hijas y podrás casarte con ella. Pero antes tendrás que superar tres pruebas para conseguirla .
    Bonifacio escogió Belinda y su madre dijo:
    - Hoy es muy tarde y tienes que descansar. Mañana probarás tu suerte.
    Dicho y hecho. El chico se durmió, pero a media noche una suave mano lo despertó. Era Belinda. Le explico que la prueba consistía en diferenciar la Belinda auténtica entre muchas iguales. Le dijo:
    - Cuando entres en la habitación verás que a una de ellas una mosca vuela a su lado. Esa soy yo.
    La mañana siguiente la vieja le explicó lo mismo que ya le había anunciado su hija. Bonifacio escogió la chica de la mosca tal como le había dicho Belinda. Así fue como superó la primera prueba.
    La siguiente noche, Bonifacio esperaba la visita de la chica pero no vino nadie. El día después la madre le explico el próximo paso para conseguir a su amada.
    - Yo te doy este cubo y tú tienes que quitar toda esa agua de aquel charco.
    Cuanto más agua quitaba, más agua había. Estaba desesperado cuando llegó Belinda. Llevaba un anillo mágico. Lo acercó a su boca y pidió un deseo. El agua había desaparecido. Al final del día, la vieja , contenta fue hacia el charco y para su sorpresa, estaba vacío. Enfadada, fingió sentir alegría por su gran logro y le deseó suerte para su última prueba.
    A media noche, Belinda con una bolsa de mano, llegó al dormitorio de Bonifacio, lo sacó de la cama y le dijo que tenían que escapar porque su madre quería matarle.
    Salieron de casa corriendo pero la vieja los perseguía. La chica pidió su segundo deseo al anillo, confundir a su madre para que les diera más tiempo para huir. Al cabo de un rato, sin parar de correr pasaron por delante de un castillo y decidieron entrar en él. Pidieron permiso para ver al rey y se lo concedieron (raras veces ocurría aquello, pero en aquel castillo estaban contentos ya que hace poco se había celebrado una boda). Cuando Bonifacio entró en la sala real, donde el rey los estaba esperando, soltó un grito. Allí, presente, estaba Solsticio, su hermano. Se abrazaron y Bonifacio le explicó su situación. Entonces, llamaron a la puerta. Era la vieja. Belinda y Bonifacio se escondieron. Solsticio extendió su manta en la entrada y cuando aquella bruja la pisó dijo:
    - Al infierno !
    Y así fue como la vieja acabó en el infierno con los padres de Sisebuta. Bonifacio, Solsticio, Belinda y Sisebuta vivieron juntos, felices y tranquilos por el resto de sus vidas.

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  21. JAVI HURTADO FERNÁNDEZ, 3esoB

    Bonifacio y su hermano eran dos chicos de 15 años. En su vida no tuvieron mucha suerte ya que sus padres fueron desterrados del Palacio del rey ‘’Anastasio’’, por un incumplimiento de dinero. Sus padres se quedaron sin comida, se tuvieron que mudar a una aldea, con la idea de buscar un nuevo comienzo.
    Así que un buen día los dos hermanos emprendieron, un camino para buscar una nueva ‘’vida’’. Todo iba bien asta que se encontraron con un cruce de camino, así que decidieron separarse…Pero aun quedaba un asunto pendiente…el camino que iba a escoger cada uno. Entonces decidieron jugar a piedra, papel, tijeras. Tras una larga y reñida partida, Bonifacio perdió y le toco el camino de la izquierda.
    Bonifacio era un admirador de la flora y la fauna, así que durante el camino iba admirando todo el paisaje. Tras 20 minutos andando, empezó a ver señales de vida…y en el horizonte vio una casa. Sin prisa pero sin pausa llego a la casa, llamada ‘’la casa de la felicidad’’. Bonifacio, al ver ese título no dudo en entrar Esa casa era un casa vieja, un poco destartalada, donde reposaba un viejecillo de unos 75 años, Bonifacio se quedo sorprendido porque ese hombre no parecía vivo… se acerco poco a poco, y comprobó si respiraba: le puso los dedos sobre el cuello y … sus peores pesadillas se hicieron realidad, ese hombre estaba muriendo ya que tenía un pulso muy muy débil cosa que dificultaba la existencia de ese pobre anciano. A Bonifacio se le colapso el celebro ya que no estaba acostumbrado a pensar, empezó a gritar a pedir ayuda pero nada... nadie respondía esa llamada de socorro. Entonces Bonifacio se le ocurrió una descabellada idea , como solo tenía unos calcetines pensó que con ese olor infernal podría despertar al anciano. No las tenía todas pero no se lo pensó dos veces y… el olor infernal de esos calcetines fue recorriendo los orificio de la nariz , asta que… una mueca del anciano despejo las dudas de Bonifacio :¡ ESTABA VIVO!
    Tras 5 minutos de alegría y satisfacción el anciano volvió en si. El anciano se vio en deuda con Bonifacio así que le respuestas a sus deseos 3 deseos: Bonifacio como no era my listo confundió conceder con responder así que dijo:
    -Quiero comida para parar un tren
    -Quiero dinero para alimentar 50 familias
    -Quiero una mujer muy guapa

    PARTE 1

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  23. JAVI HURTADO FERNÁNDEZ ,3esoB

    El anciano muy tranquilo respondió:
    -Tus deseos se hallan en el palacio de Anastasio II. Si vas allí veras tus deseos hechos realidad.
    Bonifacio le pregunto:
    -¿Donde puedo hallar el palacio de Anastasio II?
    El anciano le respondió:
    Al alba mira hacía el horizonte tras la torre más alta gira a la derecha.
    Bonifacio contento marcho sin descansar. Por el camino encontró una mujer muy bella la cual iba escoltada por 2 soldados. Bonifacio, uso una parte de su celebro y pensó :(Si molesto a esta bella dama puede ser que esos soldados me escolten y me lleven camino para el palacio donde allí estarán todos mis deseos.)

    Así que cogió una piedra y con toda’’ la mala suerte’’ fue a la cabeza de la bella dama. Los soldados que escoltaban a esa mujer vieron a Bonifacio y lo arrestaron. Los caballeros lo llevaron al palacio. Bonifacio se salió con la suya y logro estar ante el rey , Bonifacio fingió decir que tenía mucho dinero, entonces el rey empezó a escucharlo con atención. Bonifacio desafió al rey en un combate. Ese combate no era uno cualquiera sino que quien ganara se quedaba con toda las riqueza y lo más importante el perdedor estaria ''criando larvas''.
    Todos los habitantes del palacio de Anastasio acudieron al combate final. El rey Anastasio jugo sucio y herio a Bonifacio, en el brazo derecho. Todo estaba a punto, el combate estaba a punto de empezar. En la plaza central se podían escuchar el ruido de las espadas, Anastasio saco fuerza extras y puso en peligro el cuello de Bonifacio… y en ese preciso momento en el que estaba apunto de morir una persona entre el publico asesino a Anastasio II… esa persona era… SOSTICIO el hermano de Bonifacio.
    Tras una gran recibida , el pueblo puso a Bonifacio y Sosticio los respectivos tronos y sus mujeres Sisebuta y Abutarda . Y juntos se reencontraron para vivir felices y comer muchas perdices.

    PARTE 2

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  24. Pero aún le quedaba un objeto que recoger. Llevaba un frasco donde poder poner la gota de veneno. Eran casi las 21 horas cuando empezó llego a la mitad del camino, tenía mucho sueño y hambre, pero no quería parar a descansar porque ya llevaba la mitad de camino. Mientras pensaba en todo esto tropezó con una branca muy curvada, el se levanto pero se por alguna razón se volvió a girar y lo que parecía un branca estaba avanzando, aunque era de noche y estaba cansado miro esa cosa con sorpresa y estuvo un rato pensando en las indicaciones que el hombre le había dado y entonces se dio cuenta que era una serpiente, cogió una piedra que había por el suelo i se la tiro a la cabeza, la mato, recogió el cuerpo i se lo llevó. Llegó a la casa a entre las 0 horas y la 1. Cuando llegó ceno y se fue a dormir. Pero antes de irse a dormir vio como el brujo estaba preparando la poción y le pregunto que cuando le iba a dar el dinero. Y le respondió que se lo daría la siguiente mañana.
    El día siguiente al levantarse, desayuno todo lo que pudo y más y reclamo el dinero al viejo. Y él le dio el dinero y le respondió si me haces otro trabajo te doy 5 veces más dinero de lo que te dado. Y Bonifacio le respondió que cuanto es esto. El viejo dijo que eran 250€. El afirmo diciendo le que aceptaba.
    El viejo explico que esta vez el trabajo aun es más fácil solo tienes que darle este frasco con la poción al rey. Él apuntó que no sabía dónde estaba el rey…
    Al final de todas las explicaciones se dirigió a palacio. Llegó por la noche i como no le pareció bien llamar a esas horas busco un sitió agradable donde dormir y encontró un puente de piedra que debajo tenía una hierba verde que parecía cómoda, la probó, le gustó, y se durmió.
    La mañana siguiente, se dirigió a palacio y llamó a la puerta. Y se esperó delante de ella, al cabo de casi 5 minutos se abrió la puerta y por sorpresa, se encontraron los dos hermanos que habían escogido los caminos distintos. El rey le invito a pasar y a vivir con ellos.
    Vivieron felices y comieron perdices.


    ALBERT INGLÉS

    PARTE 2

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  25. Vi a mi hermano alejarse lentamente por el otro camino, mientras yo, pensaba en todo lo llegaría por venir.
    LLevaba ya más de cinco horas andando y seguía viendo un camino estrecho, que parecía que nunca se acabara... En ese mismo instante, vi un manzano que me llamó la atención. Fui hacia él, sus manzanas brillaban tanto que cogí una, la empecé a comer y me eché una cabezadita.
    Al despertar, estaba en una cama, parecía que alguien me hubiese llevado hasta allí, pero ¿quién? Me levanté y vi por la ventana muchos, muchísimos manzanos con esas manzanas rojas, como la que me había comido. ¿Que había pasado? Fui hacia la puerta, pero estaba cerrada, no podía salir de ésa casa.
    Pasé toda la tarde encerrado, sin poder hacer nada pero, al caer la noche vi llegar a un viejito y me hice el dormido. Sentía sus pasos como venían hacia mí y de repente dijo:
    -Venga, Bonifacio levántate y no te hagas el dormido.
    Salté de un brinco de la cama y sin poder decir nada me empezó a mandar tareas por hacer. En ése momento, no pensé en otra cosa que hacer ésas cosas ya que si sabía mi nombre, qué más podría saber...
    A la mañana siguiente, estaba dispuesto a preguntarle que había pasado, así que fui hacia él y en ése justo momento dijo:
    -Sé que no me conoces, pero yo a ti sí... Verás, soy un mago, me llamo Surtaneo, vivo aquí desde hace más de 1000 años.
    Me quedé perplejo al oír aquello, si era un mago podía pedirle que me ayudara, o que al menos me diese comida. Pero un segundo después pensé en una cosa... ¿Por que me había tenido encerrado toda la noche en su casa?
    No entendía nada, él me miraba como si supiese que pensaba así que dejé la mente en blanco y al instante dijo:
    -Es normal que estés confuso, pero si quieres tener una vida mejor sólo tienes que confiar en mí.
    Y sin pensármelo dije:
    -Está bien, pero tu ¿que quieres a cambio? Se quedó callado mirándome, y me señaló sus manzanos. Entendí a la perfección que quería que hiciera: vigilar sus manzanos.
    Me contó que alguien destrozaba sus manzanos y que quería que averiguase quien era. Y seguidamente dijo:
    -Es verdad que soy mago, pero soy mago sólo para ayudar a los demás y querría que alguien me ayudase a mi.
    Su mirada me atrapó, y me decidí a ayudarlo.
    Pasó una semana y ni rastro de quien podía destrozas los manzanos. Lo peor es que cada día por la mañana faltaban manzanas y yo no había visto nada.
    Ésa misma noche, estaba dispuesto a averiguar que pasaba, así que me senté frente a la ventana sin parpadear si quiera. De repente, salieron de la nada muchísimos pájaros, se dirigieron a los manzanos y hacían caer las manzanas, mientras que éstas, al caer al suelo se rompían y ellos podían comer.
    ¿Los culpables eran unos pájaros? No me lo podía creer, ¡ya lo tenía!
    A la mañana siguiente le comenté a Surtaneo lo sucedido, él, me miró con cara de satisfacción y me dio las gracias con una sonrisa de oreja a oreja. Acto seguido, me dio una carta, y me dijo que ahí estaba su promesa, su promesa de hacer mi vida mejor. Dijo que la leyera cuando me marchase y se despidió de una manera que parecía que me hubiera regalado el mundo.
    Al seguir el camino que había elegido, me dispuse a leer la carta... Era una carta para el rey para que me acogiese en su reinado. No se porque pero confié en él, así que seguí ese camino y al llevar un rato andando, vi de lejos una ciudad y un gran palacio.
    ¡Sí! Fui hacia allí rápido como un rayo y al llegar le entregué la carta al rey. Al parecer, la carta estaba encantada y el rey me acogió sin problema ninguno.
    Días después, me encontré con mi hermano y nos explicamos nuestras historias. Pasado tiempo, se desacio el hechizo, pero yo ya era de la familia y me quedé viviendo allí.
    Y aquí estoy ahora, explicando mi historia gracias a un mago que aún espero volverle a ver algún día.

    ANNA SANROMÀ REYES

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  26. Bonifacio, su hermano decidio ir por el otro camino. Los dos pensaron que su elección
    era distinta pero buena. A diferencia de el primer camino, a Bonifacio le resultó muy
    aburrido todo hasta que se encontró al rey. Él sabia por la forma de vestir y por otros
    hombres que le acompañaban para protegerlo,que era alguien de riqueza superior, por eso no dudo ni un segundo en acercarse a ellos i preguntar por algun sitio dónde pudiera pasar la noche sin tener que dar dinero a cambio. Le contestaron que no,que si queria ir a dormir a su palacio con toda clase de cosas para relajarse y poder dormir tranquilo debia pagar un alto precio, él les suplico para obtener un techo pero el rey, cómo era tan egoista no quiso aceptar el pacto.

    Bonifacio siguió buscando hasta llegar al pueblo, dónde fue casa por casa pidiendo passar la noche. Cuando ya estaba rendido,en una de las últimas casa dónde tenia pensado llamar por fin le aceptaron y allí se quedo durnate la noche en casa de una mujer humilde, la cual a la mañana siguiente le ofreció todo lo que le quedaba de comida para que pudiera recargar fuerzas para seguir su camino en busca de su hermano Solsiticio.
    Él decidio explicarle toda su historia a Fabiana, la dueña de la casa la cual decidio ayudarle a buscar a su hermano y así decidieron empezar su nueva vida conociendo mundo los dos juntos.

    Los días pasaban y para ellos cada vez era más difícil encontrar comida o un sitio para dormir y su fe y esperanza iban disminuyendo.
    Durante el camino los dos acabaron enamorados, cosa que les dio más fuerza para poder seguir en busca de su hermano. Debían encontrarlo, hasta que el día menos pensado , allí estaba Solsitico con la princesa los dos juntos disfrutando de un paseo a caballo.

    No tardaron a reconocerse, después de todo el esfuerzo de Bonifacio por fin había logrado encontrarle.
    Los dos acabaron con muy buena vida, con una mujer a la que amar y un sitio dónde vivir, el palacio del rey, para ellos no podia ser mejor, eso si que era una buena vida.

    PAULA PASTOR CANEDA 3B

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  27. Andreu tomas martinez de villa


    Bonifacio se despidió de su hermano y se fue por el camino de la izquierda. Vio como su hermano se iba y le entraron las dudas sobre el viaje que habían emprendido.

    Bonifacio, estuvo caminando como unas dos horas, el ya empezaba a tener hambre, pero como no veía nada que comer en aquel sitio siguió su camino de mala gana. Al cabo de un rato vio una cabaña un poco mas adelante, se aproximo y llamo a la puerta. Le abrió una señora bastante vieja, con vestido negro un poco desgastado. Le pidió algo para comer pero la señora le echo de allí diciendo que no aceptaba vagabundos. Se estaba muriendo de hambre i le vino la idea de matar a la señora y quedarse co toda su comida pero por suerte la razón aun era mas fuerte que el hambre y rechazo la idea. Siguió caminado i vio otra cabaña, pero tenia miedo de que quien viviera allí también le echara a si que se quedo en un rincón esperando. Al cabo de un rato vio como una mujer sacaba un pastel de frutas del bosque a la ventana para que se enfriara, cuando Bonifacio lo vio se tiro encima y se lo comió sin importarle los gritos de la señora de la casa. Cuando vio salir un hombre de la cabaña con una hacha se asusto tanto que echó a correr y hasta que se aseguró de estar lo suficientemente lejos de allí no paro. Lastima que ahora se encontraba en medio de bosque y se estaba haciendo de noche. Por suerte encontró una oquedad suficientemente grande como para que pudiera dormir, misteriosamente allí había también una manta con la que pudo resguardarse del frío.

    Al día siguiente, volvía a tener hambre y no encontraba nada de comer por aquella parte del bosque, pero si encontró otro camino así que decidió seguir por allí.
    Mientras caminaba vio que detrás suyo venia un carro lleno de fruta y verdura. Decidió esconderse un poco y cuando el carro le adelantara saltaría encima y robaría el carro. Y así lo hizo, cuando tiro al hombre del carro azoto a los caballos y huyo rápidamente. Por el camino se fue comiendo toda la comida que le había robado al pobre hombre, con la barriga llena y el movimiento relajante del carro se durmió. Al despertarse vio que en el horizonte empezaba a asomar una ciudad magnifica con un castillo y todo, pensó que podía quedarse a dormir allí para pasar la noche. Cuando estaba a punto de llegar se dio cuenta que su ropa estaba echa un asco, así que se puso unas prendas que encontró en el carro debajo una manta.

    Llego a una posada cansado y justo cuando el sol se estaba ya escondiendo. Pidió una habitación, pero como no tenia dinero le dijo al posadero que mañana le pagaría el doble si le dejaba dormir. El posadero no muy confiado le dejo una de sus habitaciones. Al día siguiente el posadero le despertó pidiéndole todo su dinero y al ver que Bonifacio no tenia, este se por la ventana cayendo en un montón de paja. El posadero empezó a gritar “Ladrón” y seguidamente un grupo de guardias se le tiro encima. Le llevaron a la plaza principal donde le imputarían un castigo por lo que había echo, mientras lo celebraban una señora dijo que el le había robado la comida y otro señor que le había robado el carro y toda su comida. Cuando el rey izo acto de presencia Bonifacio se dio cuenta de que era su hermano, así que le pidió que le dejara marchar, pero su hermano le condeno a muerte porque aun estaba enfadado con el por haberlo abandonado en mes de seguir con el en el camino de la derecha.

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  28. EL OTRO HERMANO

    Este hermano, quizá no tuvo tanta suerte pues tras llevar dos días andando, llego a un pequeño pueblo en busca de un trabajo digno, y una estancia confortable, pero solo al llegar la policía lo confundió con un ladrón de bancos muy buscado, ya que tenían un gran parecido y lo condenaron a tres años de cárcel, pero decidió escapar-se aprovechando el cambio de guardia y lo consiguió y rápidamente se fue corriendo del pueblo.

    Después de andar dos horas, encontró una casa en un pequeño monte perdido, y pensó que pasar una noche entre cuatro paredes le vendría de maravilla. Entro y no encontró nada ni nadie, a parte de una mesa, comida y una nota, que decía así:

    Volveré en una hora, por favor no toques nada y serás recompensado.

    Pero pensó que no podía ser para él, y empezó a comer de todo, y se echo a dormir en el suelo, hasta que llego un hombre viejo y le ordeno que qué se levantara, y le riñó por la desobediencia, y le pidió que se fuera ya que no le había echo caso y este siguió su camino, hasta llegar a una ciudad, muy bonita, y con mucha luminosidad, pues por lo parecido celebraban algo, lo que podía parecer una boda, y este paso de la fiesta y se fue a dormir entre cartones, hasta que unos soldados lo encontraron y decidieron llevarlo ante el recién casado rey, que riñó a los guardias ya que el roda mundos, era su hermano.



    ADRIÀ PÈREZ

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  29. LA HISTORIA DE BONIFACIO
    El otro hermano, Bonifacio, escogió el camino de la izquierda.
    Después de andar durante un buen rato encontró una pequeña y ruinosa cabaña. Él extrañado llamó a la puerta, pero no obtuvo respuesta, así que decidió probar fortuna a ver si la puerta estaba abierta y entrar, pero también fracaso en el intento. Siguió caminando. De repente en medio del camino se encontró una pequeña bolsa pintada con unas letras bien grandes en las cuales se podía leer “No abrir bajo ningún concepto y llevar al rey”. Bonifacio no sabía leer ni escribir, a penas sabía que eran las letras así que, curioso, abrió el saco. Dentro había unas cuantas monedas de oro. Él tampoco era informado de que era el dinero, pero vio que brillaba y lo cerró y lo guardo en un bolsillo de su chaqueta apedazada.
    Siguió el camino hasta llegar a un pueblecito con casas rústicas e iglesia románica con un alto campanario. Como todos los pueblos tenía una plaza principal a la que desembocan todas las calles de un pueblo. Allí había un viejecito de barba blanca, poca cabellera y, por el bastón que tenía al lado, de caminar lento. El joven Bonifacio se acercó y le preguntó si le podía leer la inscripción del saco. El señor, muy amble, se lo dijo, “Aquí dice que no se abra bajo ningún concepto y se lleve directamente al rey”. Entonces, hambriento y pensando que si se lo traía al rey le daría alguna recompensa o algo de comer le preguntó si sabía dónde vivía el rey, y el hombre mayor le respondió per segunda vez. Agradeciéndole mucho la ayuda Bonifacio se puso rumbo al castillo del rey. El castillo estaba colocado encima de una colina, con lo que desde el pueblo se podía ver perfectamente.
    Cansado y con media lengua fuera la boca llegó a la puerta del castillo. Una vez allí le grito al vigía para que le abriera, el motivos llevaba un saco para el rey. Ese, le dejó entrar. Al llegar al salón donde se encontraban el rey y la reina se llevó una ingrata sorpresa.
    -Hermano?- gritó Bonifacio
    -Bonifacio?- contestó el rey
    Acto seguido se dieron un fuerte abrazo y Bonifacio le dio el saco a su hermano. Este, feliz como nadie, le explicó a al otro que eso brillante de forma redonda era dinero y que servía para comprar cosas y le dio el saco para que se lo quedara. También le ofreció quedarse a vivir en el castillo a lo que Bonifacio respondió afirmativamente. Vivieron durante años juntos en el castillo hasta que el rey murió por lo cual Bonifacio pasó a ser el monarca.

    ORIOL SALVADÓ RUIZ

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  30. LA HISTORIA DE BONIFACIO
    El otro hermano, Bonifacio, escogió el camino de la izquierda.
    Después de andar durante un buen rato encontró una pequeña y ruinosa cabaña. Él extrañado llamó a la puerta, pero no obtuvo respuesta, así que decidió probar fortuna a ver si la puerta estaba abierta y entrar, pero también fracaso en el intento. Siguió caminando. De repente en medio del camino se encontró una pequeña bolsa pintada con unas letras bien grandes en las cuales se podía leer “No abrir bajo ningún concepto y llevar al rey”. Bonifacio no sabía leer ni escribir, a penas sabía que eran las letras así que, curioso, abrió el saco. Dentro había unas cuantas monedas de oro. Él tampoco era informado de que era el dinero, pero vio que brillaba y lo cerró y lo guardo en un bolsillo de su chaqueta apedazada.
    Siguió el camino hasta llegar a un pueblecito con casas rústicas e iglesia románica con un alto campanario. Como todos los pueblos tenía una plaza principal a la que desembocan todas las calles de un pueblo. Allí había un viejecito de barba blanca, poca cabellera y, por el bastón que tenía al lado, de caminar lento. El joven Bonifacio se acercó y le preguntó si le podía leer la inscripción del saco. El señor, muy amble, se lo dijo, “Aquí dice que no se abra bajo ningún concepto y se lleve directamente al rey”. Entonces, hambriento y pensando que si se lo traía al rey le daría alguna recompensa o algo de comer le preguntó si sabía dónde vivía el rey, y el hombre mayor le respondió per segunda vez. Agradeciéndole mucho la ayuda Bonifacio se puso rumbo al castillo del rey. El castillo estaba colocado encima de una colina, con lo que desde el pueblo se podía ver perfectamente.
    Cansado y con media lengua fuera la boca llegó a la puerta del castillo. Una vez allí le grito al vigía para que le abriera, el motivos llevaba un saco para el rey. Ese, le dejó entrar. Al llegar al salón donde se encontraban el rey y la reina se llevó una ingrata sorpresa.
    -Hermano?- gritó Bonifacio
    -Bonifacio?- contestó el rey


    ORIOL SALVADÓ RUIZ (I)

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  31. Acto seguido se dieron un fuerte abrazo y Bonifacio le dio el saco a su hermano. Este, feliz como nadie, le explicó a al otro que eso brillante de forma redonda era dinero y que servía para comprar cosas y le dio el saco para que se lo quedara. También le ofreció quedarse a vivir en el castillo a lo que Bonifacio respondió afirmativamente. Vivieron durante años juntos en el castillo hasta que el rey murió por lo cual Bonifacio pasó a ser el monarca.



    ORIOL SALVADÓ RUIZ (II)

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  33. Érase una vez, dos hermanos tan pobres como ratas, fijate tu si eran pobres que solo podian comer tres veces por semana! Y entonces un buen dia Solsticio y bonifaccio decidieron no quedarse al pueblo donde ellos vivian y mudarse a alguno mas lejano a causa de falsedad y la antipatía de la gente.
    Empezaron a caminar y caminar hasta que el sendero se separó en dos caminos así que cada uno de ellos tuvo que escojer un camino y así fue cuando Bonifaccio, el mas guapo y amable de ellos decidió tirar por la izquierda.
    Primero, Bonifaccio se encontró a un hombre tirado por el suelo con toda la cabea sangrando a causa de una accidente de moto. Además tenía la moto toda quemada y tirada por allí el suelo. Lo que immediadatamente se le ocurrió fue coger el móvil con un movimiento basto y llamar a una ambuláncia así que mientras estaban esperandola bnifaccio tuve que aguantarle la cabeza y limpiandola un poco con suavidad por tal de que estuviera mas cómodo y así no hiciera tan daño. Mientras tanto Bonifaccio le contó toda su vida al señor del accidente y al señor ese llamado Marcel le cayó tan bien que se hicieron muy amigos y al cabo de una semana cuando Marcel estaba mucho mejor invitó a Marcel a su casa y así pasar unos días. Bonifaccio que no tenía dinero ni sitio para vivir pues no tenía ni idea de nada, estaba mas perdido que un hijo de puta en el día del padre. entendía aquello como si le Marcel le tuviera que dar toda la vida de regalo y Bonifaccio se curró mucho la bienvenida de él. Le trajo una cesta immensa llenade frutos del bosque y cargada de sorpresas como diferentes animales que había cazado el para comer entre ls dos. Mientras estaban cenando Marcel de dijo a Bonifaccio que podría quedarse durante un tiempo pero poco porque Marcel ya tenía su popia família así que Bonifacio se decepcionó un poco..
    Cuando habían pasado unos días y Bonifaccio daba por entendido que Marcel ya no lo quería en su casa se largó peró antes de nada Marcel le dió el mejor caballo del establo y las mejores legumbres para plantar alimentos!
    Así que Bonifaccio le agradeció mucho y siguió su camino adelante con su caballo.
    Lo segundo que pensó Bonifaccio fue plantar todas las legumbres que le regaló el séñor marcel por tal de tener algo que comer y así poderse alimentar y no morirse de hambr pero el pobre Bonifaccio pensó que con auellas legumbres no podía hacer mucha cosa peró bueno siguió adelante pensando positivo!
    Cuando plantó las legumbres cosa miraculosas se izo!De las plantas crecieron casa y casa y mas casas y así las pudo vender y forrarse y acabó Bonifaccio podrido de dinero y pudo vivir una vida feliz y llena de lujos!
    MARINA CORTÉS

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  34. Cuando los dos hermanos se fueron uno por cada camino nadie sabía que se volverían a juntar.
    Solsticio se fue por el camino de la derecha mientras que su hermano Oigres se fue por el camino de la izquierda.
    Oigres cuando ya llego a un paradero donde había mucha gente intento ese truquito que no tenía ni idea de porque lo usaba siempre su padre, decir que tenía que alimentar a una familia y no tenía nada de dinero, como podemos observar era muy pero que muy tonto.
    De repente se le acercó una muchacha y le dijo que le daría dinero si a cambio hacia unos trabajillos para ella, esa muchacha era de un orfanato y lo que quería de Oigres era simplemente que acompañara a una niña y a un niño a la escuela cada día, después de eso y cada mes le pagaría 1000 euros y toda la comida que quisiese.
    Cuando llevaba 10 años llevando y trayendo niños y tenia acumulados unos 120.000 euros ya que no compraba ropa ni comida, todo lo pagaba el orfanato, pensó en irse a un país extranjero donde pagaran mejor ya que pensaba que lo que tenia ahorrado en Tarragona era muy poquito.
    Llego a Francia donde se inicio en pastelería, pero la cosa no fue nada bien, suspendió el primer día, ¡se comió toda la caja de sirope de chocolate!.
    Al final los del colegio de pastelería le dijeron que hiciese un orfanato con el dinerillo que tenia, así lo hizo, creo un orfanato.
    Y como en todos los nuevos lugares quien lo estrena es el rey, pero dado que en Francia no había rey vino el de España que era un tal Solsticio…

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  35. Cuando los dos hermanos se fueron uno por cada camino nadie sabía que se volverían a juntar.
    Solsticio se fue por el camino de la derecha mientras que su hermano Oigres se fue por el camino de la izquierda.
    Oigres cuando ya llego a un paradero donde había mucha gente intento ese truquito que no tenía ni idea de porque lo usaba siempre su padre, decir que tenía que alimentar a una familia y no tenía nada de dinero, como podemos observar era muy pero que muy tonto.
    De repente se le acercó una muchacha y le dijo que le daría dinero si a cambio hacia unos trabajillos para ella, esa muchacha era de un orfanato y lo que quería de Oigres era simplemente que acompañara a una niña y a un niño a la escuela cada día, después de eso y cada mes le pagaría 1000 euros y toda la comida que quisiese.
    Cuando llevaba 10 años llevando y trayendo niños y tenia acumulados unos 120.000 euros ya que no compraba ropa ni comida, todo lo pagaba el orfanato, pensó en irse a un país extranjero donde pagaran mejor ya que pensaba que lo que tenia ahorrado en Tarragona era muy poquito.
    Llego a Francia donde se inicio en pastelería, pero la cosa no fue nada bien, suspendió el primer día, ¡se comió toda la caja de sirope de chocolate!.
    Al final los del colegio de pastelería le dijeron que hiciese un orfanato con el dinerillo que tenia, así lo hizo, creo un orfanato.
    Y como en todos los nuevos lugares quien lo estrena es el rey, pero dado que en Francia no había rey vino el de España que era un tal Solsticio…

    Sergio Guerricagoitia Salvador
    3b

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  36. PAULA BORRAS

    Un día, dos hermanos decidieron irse de su pueblo porque al ser pobres no tenían nada de comer.
    Cuando llegaron al camino, vieron que se separaba, y decidieron coger un cada uno, se separarían y quien sabe cuando se volverían a ver. El hermano mayor, tomó el camino de la derecha, del que ya sabemos la historia, todo le fue muy bien. Pero el pequeño le tocó coger el izquierdo, y él no sabía lo que le esperaba, porque se oye decir, que la izquierda no da suerte...

    Bonifacio el pequeño, se puso a caminar, pero al poco rato se cansó, y como era un día de mucho calor, se sentó a la sombra de un árbol cercano al camino, allí de tan cansado que estaba, se quedó dormido. Al despertar de un susto, miró el reloj, y al ver la hora que era, pensó que lo mejor que podía hacer era caminar, y buscar l primer hostal que encuentras para pasar la noche.
    Estaba oscureciendo, y caminaba y caminaba, pero no veía ningún pueblo.
    Al final, cuando era casi media noche, vio en el horizonte, que las lucecitas de navidad de un pueblo, se encendían. Todo ilusionado, se puso a correr, cada vez estaba más cerca, estaba muerto de hambre, y tenía mucha sed, no había encontrado ninguna fuente desde que se separó de su hermano.

    Al despertarse, fue a desayunar, cogió todo lo que había, era un buffet libre, llenó el plato y comenzó a comer, tan, que después le costaba Al despertarse, fue a desayunar, cogió todo lo que había, era un buffet libre, llenó el plato y comenzó a comer, tan, que después le costaba caminar. Cuando iba a coger las cosas para irse, le paró el hombre de la recepción, él muy contento pensando que le daría alguna buena noticia, le dijo que, si no pagaba, de allí no podía marchar. Bonifacio, desesperado, porque no tenía dinero, intentó buscar una respuesta, se quedó callado durante unos instantes largos. Entonces la voz le devolvió de golpe, y triste le dijo: caminar. Cuando iba a coger las cosas para irse, le paró el hombre de la recepción, él muy contento pensando que le daría alguna buena noticia, le dijo que, si no pagaba, de allí no podía marchar. Bonifacio, desesperado, porque no tenía dinero, intentó buscar una respuesta, se quedó callado durante unos instantes largos. Entonces la voz le devolvió de golpe, y triste le dijo:

    -Perdone señor, no tengo el suficiente dinero para pagar la noche de hotel, sabe, soy un pobre hombre que acabo de separarme de mi hermano hace un día y no tengo dinero ...
    - Pues lo siento, pero mire, tendrá que trabajar para nosotros durante un tiempo si no quiere tenedores una denuncia a la policía ...- dijo el hombre-tendrás que lavar los platos, y pasar por las habitaciones cada noche.
    -Pero tan debo?
    -Si, has dormido en una sweet, y has comido mucho al buffet. En total serían € 400
    -Pero eso es mucho?
    Sí, son dos meses de trabajar aquí, o sea 60 días.
    El pobre Bonifacio, hubo de estar dos meses trabajando sin parar, y el resto de su vida fue un desastre, así que decidió volver con su padre y vivir con él toda la vida.

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  37. JOAQUIM CORBERA VIDIELLA 3 ESO B
    -Hola? Dónde estoy?- dijo Bonifacio.
    -Hola, buenos días estas en la casa de Federico y estas aquí porque hace un día te vi en el bosque medio perdido cuando de repente... caíste y te diste un golpe en la cabeza. No parece que tengas una vida muy alegre, no?- dijo el campesino.
    -Gracias por recordarme un poco de todo pero el problema es que no me acuerdo de las últimas cosas que me han ocurrido. Intentare hacer memoria.
    -Cuando pasó todo esto fue casi al final del bosque donde había dos cruces, te acuerdas de algo más?
    -Sí, me acurdo de todo. Quieres que te lo explique?
    -Vale, como no tengo nada que hacer.
    -Yo hace unos días estaba con mi padre y mi hermano viviendo en un lugar peor que este, la verdad es que era horrible y a sobre no teníamos para comer. Después de unos años mi hermano y yo nos casamos y nos fuimos de casa. Fuimos un largo camino del bosque juntos pero al final decidimos ir cada uno por su banda. Yo elegí la de la izquierda.
    -Todo esto a pasado en dos días?
    -Pues sí, y ara mismo no se que estará haciendo mi hermano.
    Después de unos días Bonifacio decidió irse porque creía que molestaba pero la realidad no, a veces era un poco pesado pero en realidad era buen chico. Decidió irse a la ciudad porque su objetivo era llegar a tener un poco más dinero que su padre.
    El campesino, antes de irse le dijo que había un carpintero a la ciudad que estaba buscando trabajo y está era la segunda razón que hizo que se marchase con más ilusión Bonifacio.
    Seguidamente, después de caminar, caminar y caminar, finalmente llegó a la ciudad. Le costó un día y 12 horas de camino. Cuando llegó a la ciudad comenzó a chillar-¡ Dónde está el carpintero de la ciudad, dónde está!- Chilló durante dos horas por la ciudad cuando de repente le aparece un chico alto y voluminoso.
    -¿ Tu eres el carpintero?- dijo Bonifacio
    -Sí, creo que me estabas buscando. Tengo mucha faena para ti si esto es lo que quieres. Tengo que hacer un mueble para el rey, hay perdona diez muebles para el rey!!- dijo el carpintero.
    -Si quieres empiezo ahora mismo.- dijo Bonifacio
    -Cuando quieras entonces.- dijo el carpintero.
    Bonifacio empezó a trabajar como nunca había trabajado, pero como era la primera vez no estaba acostumbrado a trabajar tanto. Dentro de 1 hora hizo un descanso de 30 minutos, porque él ya estaba muy cansado.
    Pero lo más impresionante de Bonifacio es que el poco rato que tenia lo aprovechaba, en una hora hizo un muebles por el rey. Volvió otra vez a trabajar una hora más y hizo otro mueble. Bonifacio no pensaba que haciendo este trabajo podía conseguir dinero y en principio él trabajaba para nada.
    Se hizo tarde y Bonifacio dejo de trabajar y se fue para una casa que había alquilado por poco tiempo. El día siguiente volvió a ir a trabajar y cuando acabó el tercero, el carpintero le dijo que podía ir a dejar los muebles a la casa del rey.
    Cuando llegó al inmenso palacio, Bonifacio se quedo boquiabierto, no se lo podía creer. El rey le dejó pasar . Bonifacio pensaba que sería un señor desagradable y que lo trataría como si fuera un esclavo, pero no, era el rey más divertido de todos los reinos que había en aquella zona.
    Bonifacio le enseño lo muebles por si le gustaban los que había fabricado él mismo con sus manos y le dijo que estaba encantado con su trabajo y que la madera tenía un tacto suave. Como recompensa el rey le quiso dar la mano de su hija, pero Bonifacio no sabía qué hacer. Él le gusta conocer la gente antes de tener una relación pero se paró a pensar y decidió que sí porque pensó que tendría una vida feliz y con dinero que era lo más importante.
    Finalmente, Bonifacio y Beatriz se casaron y tuvieron una vida muy feliz juntos, pero los dos eran muy feos, pobrecillos.
    Dentro de un tiempo, el rey le quiso presentar a su mejor amigo el rey del reino de Amorotabia. En ese castillo no estaban tan desarrollados como en el suyo pero había una persona muy importante, su hermano. Después de mucho tiempo se reencontraron y pasaron el día más feliz de su vida.

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